Solomillo de cerdo con salsa de ciruelas y vino tinto

Un clásico europeo con un toque afrutado y elegante

La combinación de carne de cerdo con frutas tiene una larga tradición en la cocina europea, especialmente en países donde las ciruelas se conservaban en forma de compota para el invierno. Con el tiempo, esta mezcla se refinó incorporando vino tinto, creando salsas profundas y aromáticas que realzan la ternura del solomillo. El resultado es un plato equilibrado, suave y ligeramente dulce, perfecto para ocasiones especiales o para disfrutar de una comida casera con aire festivo.

Raciones: 4–6 personas
Tiempo de preparación: 45 minutos

Ingredientes

Para el solomillo

  • 1–2 solomillos de cerdo (aprox. 700 g en total)
  • Sal y pimienta
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 1 cucharada de mantequilla

Para la salsa de ciruelas y vino tinto

  • 200 g de ciruelas pasas sin hueso
  • 1 cebolla pequeña
  • 2 dientes de ajo
  • 250 ml de vino tinto
  • 200 ml de caldo de carne
  • 1 cucharadita de miel (opcional, para equilibrar)
  • 1 ramita de romero o tomillo
  • 1 cucharada de mantequilla fría para ligar la salsa
  • Sal y pimienta

Preparación

El solomillo se limpia bien para retirar el exceso de grasa. Se salpimienta y se dora en una sartén amplia con aceite de oliva y una cucharada de mantequilla, hasta que adquiera un color dorado uniforme. Una vez marcado, se retira y se reserva.

En la misma sartén, se pocha la cebolla muy picada junto con el ajo, dejando que quede tierna y translúcida. Se incorporan las ciruelas pasas y se mezclan con el sofrito para que se impregnen del aroma. El vino tinto se vierte sobre la mezcla y se deja hervir unos minutos, permitiendo que el alcohol se evapore. Después, se añade el caldo de carne, la miel si se desea y la ramita de romero. La salsa se cocina a fuego medio hasta que las ciruelas se ablanden y el líquido reduzca.

El solomillo se reincorpora a la sartén y se deja cocinar unos minutos más, permitiendo que absorba el sabor afrutado de la salsa. Una vez en su punto, se retira la carne y se corta en medallones. La salsa se puede triturar para obtener una textura más fina o dejar tal cual con las ciruelas enteras. Finalmente, se añade una cucharada de mantequilla fría para dar brillo y suavidad.

Se sirve el solomillo acompañado de la salsa de ciruelas y vino tinto, creando un plato aromático, jugoso y lleno de matices.

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