Cuando el invierno se instala, no hay mejor compañía que un cuenco humeante de sopa de pollo con fideos. Su aroma recuerda al hogar, y cada cucharada reconforta como un abrazo cálido. Inspirada en la cocina tradicional, esta receta combina sencillez y sabor, ideal para recuperar fuerzas o simplemente disfrutar de una comida ligera y nutritiva.
4 personas — Preparación: 15 min — Cocción: 45 min — Total: 1 h
Ingredientes
- 2 muslos de pollo (con piel y hueso para más sabor)
- 150 g de fideos finos (tipo cabello de ángel o fideo del nº1)
- 2 zanahorias medianas
- 1 puerro
- 1 rama de apio
- 1 cebolla pequeña
- 2 dientes de ajo
- 1 hoja de laurel
- 1,5 litros de agua o caldo de pollo casero
- Sal y pimienta al gusto
- Un chorrito de aceite de oliva virgen extra
- Perejil fresco picado para servir
- (Opcional) unas gotas de limón para darle un toque fresco
Preparación
En una cazuela grande, calienta un chorrito de aceite de oliva y dora ligeramente los muslos de pollo por ambos lados. Este paso realza su sabor y le da un tono dorado al caldo.
Añade la cebolla, el puerro, el apio, las zanahorias troceadas y los dientes de ajo. Sofríe durante unos minutos hasta que las verduras se ablanden un poco y suelten aroma.
Cubre con el agua o caldo de pollo y añade la hoja de laurel. Lleva a ebullición, retira la espuma que se forme en la superficie y luego baja el fuego. Cocina a fuego lento unos 35 minutos, hasta que el pollo esté tierno y el caldo haya tomado cuerpo.
Retira los muslos, desmenúzalos y vuelve a añadir la carne al caldo colado (si prefieres una sopa más limpia). Agrega los fideos y cocina unos 5-7 minutos, hasta que estén tiernos.
Rectifica de sal y pimienta, y sirve bien caliente con un poco de perejil fresco picado. Si te gusta un contraste ligero, añade unas gotas de limón justo antes de comer.
